¿Cuántas veces a lo largo de la vida nos hemos encontrado en
situaciones con la difícil decisión de elegir entre lo correcto, y que los
cimientos de nuestra tranquilidad se tambaleen o hacer lo que “el público pida”
y llevarnos un negativo en nuestra conciencia…?
Al ser hijos de Dios, en todas las profesiones vamos a tener
un momento de prueba en que nuestras creencias van a tener que salir a la luz
si las llevamos de manera correcta. Son muchos los ejemplos que podríamos citar
como médicos que no estando de acuerdo con una determinada práctica, la llevan
a cabo porque es parte de su trabajo. En otras profesiones podríamos hablar de
fraudes económicos, falsificación de firmas… etc. Hay incluso otras más sutiles
como bien podrían ser el compartir conocimientos o experiencias con compañeros
nuevos que podrían suponer un “peligro” en nuestra posición. Y sin irnos tan
lejos podríamos recordar nuestra etapa de colegios cuando te veías obligado o
no a entrar en mentiras, insultos y chismes aún a sabiendas que tus padres y
profesores de escuela dominical te habían dicho Biblia en mano cuanto le
desagradaba a Dios que pecáramos de esta manera.
Son estos los momentos en que nuestras convicciones entran
en crisis y nuestra respuesta ante la prueba traerá consecuencias buenas o
malas según elijamos. Dios permite este tipo de circunstancias como muchas
otras para que obtengamos crecimiento, que aumentará nuestra fe, la relación
con el Padre será más cercana al haber confiado en Él y nos fortalecerá en
otras ocasiones a parte de enriquecer nuestro testimonio y por consiguiente el
de nuestros hermanos en situaciones parecidas.
En estos momentos, no nos vamos a engañar. Son más los
pensamientos de todo lo que podemos perder y en que situaciones nos vamos a
encontrar que en poder ver una bendición que de momento no existe. Para Dios
todos los pecados son iguales, para nosotros no, y siempre podemos en nuestra
conciencia maquillar nuestras faltas más o menos según la importancia de
nuestra respuesta. Si mentimos en el trabajo, en el instituto o en casa con los
vecinos o amigos pasa desapercibido si caemos, pero si nos mantenemos firmes
podríamos perder una amistad por ejemplo, pero y si ponemos situaciones más
criticas cuando por ejemplo podríamos perder el trabajo que da el alimento a
nuestra familia si no hacemos lo que el mundo dice… como ves por ejemplo a un
mecánico cristiano que su jefe le dice que ponga piezas defectuosas a un coche
porque así obtiene un beneficio mayor en la reparación a sabiendas que por un
lado estas mintiendo y por otro puedes poner en peligro la vida de los
ocupantes de ese vehículo… por el contrario si no lo haces, podrías perder el
puesto de trabajo que mantiene tu familia… recordemos siempre, las promesas del
Señor no fallan, las personas sí.
Vamos ver una historia en la Biblia que nos habla claramente
de esta situación. Comprobaremos que Dios no nos abandona si hacemos bien las
cosas y que Su bendición estará presente después de la obediencia. Éxodo
1:13-21 (lectura)
Si nos ponemos en situación, nos encontramos con una orden
directa del faraón sobre las parturientas del pueblo de Israel. Tengamos en
cuenta que aquí no estamos hablando de perder el trabajo, amigos, posición
social… estamos hablando de perder la vida por desobedecer una orden de un
faraón. Vaya difícil papeleta para Sifra y Fúa, encargadas de asesinar a los de
su propio pueblo o si no perder ellas mismas la vida…
¿Dónde está el punto clave de esta situación?. Sifra y Fúa
tenían temor de Dios (v.17). Era más grande que el temor ante el mismo faraón…
llegar a este punto no creo que fuera fácil y seguro que entre ellas mismas
tuvieron muchas conversaciones valorando que hacer, poniendo en duda su fe
incluso, orando, buscando consejo etc. Pero finalmente decidieron no obedecer
al faraón. La respuesta no pudo tardar porque es más que evidente, y ellas
también lo sabrían, que su desobediencia iba a salir a la luz. Ellas seguro que
podrían haber previsto este momento y haber pensado una excusa, como bien
podemos hacer nosotros en situaciones parecidas intentando quedar bien con
todos o incluso “modificando” la Voluntad de Dios para no ser radicales en
obediencia, recordemos que en 1 Samuel 15:22 la Palabra nos dice que el mejor
sacrificio que le podemos dar a Dios es la obediencia. Sin embargo, cuando
suele pasar si ponemos TODA nuestra confianza en Dios, es Él mismo quien da
salida al problema y siempre suele ser, no solo la mejor, sino una que
normalmente nosotros no hemos pensado. Las mujeres hebreas daban a luz antes de
que ellas llegarán, recordemos Hebreos 10:36 “pues os es necesaria la
paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”.
Podríamos pensar que esto ya lo sabrían de antemano y así resulta más fácil
obedecer a Dios, pero aparte de eso, su vida estaba en juego con independencia
de lo que ellas alegaron al faraón. Ese momento tuvo que ser terrorífico… sus
vidas dependían de la decisión de hombre, nosotros lo vemos así, ellas no, su
vida era de Dios y sabían que debían hacer. Dios tiene el control de todo,
pudieron haber muerto, pero sus vidas descansaban en Él, sin embargo en el
versículo 20, Dios “favoreció” la vida de las parteras y no corrieron peligro.
Fue tal el alcance de la decisión de Sifra y Fúa que gracias a ellas el pueblo
de Israel fue fortalecido y también sus familias. En ese momento uno ya respira
y ve la bendición y como Dios nos modela a través de las circunstancias si
confiamos en Él. Qué difícil es mantener esa confianza en el momento en que las
ordenaron asesinar a los varones de Israel. La Palabra no lo especifica pero yo
creo que ellas confiaron en Dios antes, durante y después y gracias a ellas
todo el entorno salió bendecido. Y estamos hablando de un pueblo entero en
esclavitud… pensemos en nuestras acciones como iglesia en el barrio, como
ejemplos en el trabajo, en el instituto... como nos deja a nosotros y a
nuestros hermanos los resultados de nuestras decisiones, ¿fortalecemos o
empobrecemos?
Volvamos a nuestra realidad, volvamos a nuestro mecánico, a
nuestro médico, policía y a ti que estas en primero de la ESO y tienes miedo
que tus amigos se rían de ti si tú no te metes como el resto de un compañero/a
más desfavorecido de la clase, sino copias en los exámenes, si rechazas el
beber, fumar o no ver ciertas cosas… podrías ser el próximo friki de clase
durante todo el curso…
Dios nunca te va a abandonar en una situación así, no lo
digo yo, os lo dice Su palabra con el ejemplo de Sifra y Fúa. Podría ser que la
bendición tardase en llegar, puede ser que el Señor este tallando en ti un
diamante tan precioso sujeto a la presión de las consecuencias de la obediencia
que no fuera tan pronto como esperáramos… no sabemos de qué manera y cuando las
familias de las parteras fueron bendecidas pero lo importante es que lo fueron.
Y no debemos caer en el error de agradar a Dios esperando algo a cambio ya que
nuestras vidas le pertenecen y cualquiera que fuera el desenlace lo aceptamos
como sea porque Él siempre quiere lo mejor para nosotros, ya sea aquí en el
mundo o en el cielo, recordemos el ejemplo de Job cuando habla con su mujer
aceptando del Señor cualquier cosa que le pase, buena o mala, y finalmente como
Dios bendijo su obediencia y fidelidad.
Quería dejaros este versículo para finalizar Jeremías 29:11
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Y os ánimo
con mi propio testimonio a que confiéis plenamente en Dios en cualquier
circunstancia, si habéis defraudado a Dios, arrepentiros y seguir caminando que
habrá otras oportunidades en que podamos decidir como Dios quiere y si siempre
os mantuvisteis íntegros seguid así para ser un buen ejemplo al mundo, amén.
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