viernes, 26 de abril de 2013

TROMPETAS DE PLATA Y TROMPETAS DE LATA


¿No sé si sois conscientes de cuantas veces a lo largo del día nuestra atención es llamada mediante sonidos?. Empezamos el día, no se vosotros, con el sonido del despertador, yo después de hacer el devocional enciendo la tele y pongo las noticias, este programa tiene una sintonía, si la oyes estés donde este sabes que son las noticias de la 1, Antena 3, etc… Sales de camino al trabajo y tienes las bocinas de los coches alertándote de posibles roces, en el trabajo enciendes el ordenador y tiene su propia melodía de inicio, los móviles tiene un tono para los mensajes, otro para las llamadas y otros tantos para diferentes avisos dependiendo de los modelos… todos son sonidos que nos indican algo, unos nos alertan, otros nos alegran, o nos despiertan… que son familiares para nosotros cada día y que ya están insertados en nuestra manera de vivir. También podemos recordar que para entrar al colegio había que ponerse en fila y cuando sonaba el timbre podíamos pasar a las clases, en las fábricas se daba el inicio de la jornada laboral con una bocina, en el ejercito el corneta tiene diferentes tonos para llamar a filas, para romperlas, para ir a comer, para dormir… muchas llamadas de atención en nuestra vida y en el mundo de las que estar alertas...

 
Hace tres semanas leí un pasaje de la Biblia que me dejo pensativo bastante tiempo y que me hizo reflexionar acerca de los sonidos que nos llaman la atención, y también como Dios utiliza sus "propios sonidos" para alertarnos, también para que nos alegremos y como a su vez nosotros utilizamos los nuestros para ser agradecidos, para dar testimonio o para bendecir de alguna manera Su nombre. Espero que la palabra que Dios me puso en el corazón sea de bendición para ti con este texto.
Vamos a leer en:
Números 10:1-10
Jehová habló a Moisés y le dijo: «Hazte dos trompetas de plata: forjadas a martillo las harás. Te servirán para convocar la congregación y para hacer mover los campamentos. Cuando las toquen, toda la congregación se reunirá ante ti en la puerta del Tabernáculo de reunión. Pero cuando toquen sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de millares de Israel. Cuando toquéis alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente. Y cuando toquéis con aclamaciones la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; con aclamaciones tocarán para sus partidas. Pero para reunir la congregación tocaréis, pero no con sonidos de aclamación. Los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas: las tendréis como estatuto perpetuo por vuestras generaciones. »Cuando salgáis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os ataque, tocaréis alarma con las trompetas. Así seréis recordados por Jehová, vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos. En vuestros días de alegría, como en vuestras solemnidades y principios de mes, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos y sobre los sacrificios de paz, y os servirán de memorial delante de vuestro Dios. Yo, Jehová, vuestro Dios.»


Mover de una manera efectiva y rápida al pueblo de Israel en tiempos de Moisés era una tarea ardua y difícil. Si solo fuera moverse quizás, con paciencia, se acababa logrando pero desde luego ante el ataque sorpresa de un enemigo, si no se hacia un rápido llamamiento a todo el pueblo que llevase una orden implícita y ejecutada rápidamente podría suponer muertes y problemas añadidos bastante graves.
Me encuentro en este pasaje con enseñanzas muy claras para nosotros:
El pecado y sus ataques sorpresa y nuestra aptitud ante ellos. Si nuestra relación con el Señor es buena, Él nos avisa mediante la trompeta del Espíritu Santo en nuestro interior alertándonos del peligro, es esa sensación que todos tenemos de conciencia que nos retiene a hacer el mal, incluso si no pasamos un buen momento espiritual, estas llamadas son claras, pero está en nosotros la decisión final de obedecer o no. Y desde luego cuando caemos en pecado nuestra percepción de oír los avisos se anula y quedamos inmersos en ese estado de rebeldía y desobediencia. Jehová nos llama con trompetas para apartarnos del pecado al igual que movía Moisés con las trompetas al pueblo de Israel.

Los diferentes tipos de sonido de trompeta que indicaban movimiento en este pasaje están también presente en nuestros días. Cada domingo en particular tenemos llamadas para descargar alimentos, animándonos a las veladas de oración, a la oración por los hermanos, a las reuniones de los ministerios… pero hay una llamada aún más importante que se que todos sentís y es la necesidad de buscar a Dios a diario. De moveros, levantaros de la comodidad y el cansancio y buscarle. Movimiento, iniciativa, acción, Dios no abrió el Mar Rojo hasta que el pueblo metió los pies en el agua. ¿Estás oyendo esta trompeta en tu vida?, no te pongas los cascos, no mires para otro lado o busques otros sonidos más agradables a tu parecer. ¡Escucha a Dios y muévete!

"Estatuto perpetuo a vuestras generaciones..." (versículo 8). No olvidéis enseñar a vuestros hijos como suena la trompeta de Dios, que aprendan a escuchar y obedezcan la orden que trae para cumplirla sin pensar y que vean ese ejemplo en vosotros a diario.

Daros cuenta que nosotros tenemos nuestra propia trompeta incorporada, nuestra voz que habla de nuestro testimonio. Hacerla sonar bien fuerte todos los días para que Dios se acuerde de vosotros y os conozca, y también la podemos usar para dar gracias y que todos le conozcan a Él. También para orar, para bendecir, para cantar, etc… para toda obra buena.

Dice el último versículo que debían tocar la trompeta antes de salir a la batalla y serían salvos de sus enemigos. Clamemos a Dios en oración cada día para que nos salve de las tentaciones y del pecado. Porque Su palabra lo dice “seréis salvos de vuestros enemigos”, de los peligros, de las malas compañías, de muchas cosas que probablemente solo sabe Dios y que evita en nuestro andar diario. Pero primeramente toca la trompeta, empieza el día con Él, dedícale tu tiempo.

Ya para terminar me gustaría que te preguntaras como esta tu oído y tu trompeta. Como de claro oyes los avisos que Dios te da, cuan claro escuchas sus alertas y como actúas en consecuencia en tu vida, si obedeciendo o poniéndote tapones, y por otro lado piensa cuan afinada y limpia esta la trompeta con la que clamas a Dios, con la que das testimonio, te preocupas de otros hermanos y personas, aconsejas, oras, alabas, das gracias… o por el contrario murmuras, te quejas, mientes o cualquier otra cosa que no le es agradable a Él.
¡Amén!

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